¿ENTRENAS A PÁDEL? ¿crees que eres un buen alumno?

Si eres un apasionado del pádel y buscas mejorar tanto tu técnica como tu táctica quizás hayas probado a apuntarte a clases y asistir regularmente. Esta es una buena opción para ser más competitivo y aprender trucos que nos harán mejorar y progresar, lo que a la larga se traduce en un mayor disfrute de nuestro deporte. Ahora bien, si pasas de jugar pachangas con tus amigos a “tomártelo más en serio”, siendo un jugador deberías preguntarte si eres un buen alumno. Descúbrelo aquí.

1. cuida tu acTitud

Debes tener una actitud proactiva: una de las grandes cualidades de los jugadores de nivel es la capacidad de anticiparse a los hechos, ser “proactivos” nos ayudará ver con más tiempo los problemas o necesidades futuras. Es decir, entrenaremos nuestra capacidad de leer el juego de manera que podremos intuir la dirección de la bola o incluso la velocidad. Esto lo conseguiremos, por ejemplo, leyendo el lenguaje corporal de nuestros rivales, viendo las revoluciones que da la pelota o la forma de impactar de nuestros rivales. Para ello, mientras estés en una clase debes estar atento, activo de piernas y abierto a lo que tu entrenador pueda aconsejarte.

2. No repliques

No replicar cosas absurdas: evita comentarios del tipo “es que yo le doy así”, “a mí esa empuñadura me va peor” o “yo es que un partido no hago eso”. Estos tipos de comentarios lo único que consiguen es limitar tu progresión. Un entrenador no es una persona que sólo te va a lanzar bolas con un carro y te dirá “muy bien, bien pegado”. Todo lo contrario, un buen entrenador te dirá lo que haces bien y lo que haces mal, te enseñará dónde tienes que jugar cada bola y cómo tienes que impactar (si con más o menos efecto, si con más o menos fuerza). Si replicas los consejos a tu entrenador, quiere decir que eres autosuficiente y no necesitas de ayuda externa. ¡Esto es perfecto! Pero ahora pregúntate, ¿por qué los profesionales necesitan ayuda externa para mejorar y mantenerse en la élite? ¿Por qué Belasteguin, siendo 16 años seguidos número 1 del mundo (casi nada), pregunta a su entrenador temporada tras temporada las cosas que tiene que mejorar y los objetivos a batir? Los jugadores competitivos y con ganas de aprender siempre están en constante renovación y formación.

3. evita las quejas

Acostúmbrate a jugar donde te manden: hay clubes que combinan sus clases en interior y en exterior. Muchos estamos acostumbrados a jugar solo en interior y cuando nos mandan a jugar un torneo o competición en exterior parece que se nos ha olvidado jugar. No te quejes por la pista porque lo único que demuestras es tu inexperiencia y tu falta de criterio a la hora de adaptar tu juego a las condiciones. Y sí, puede resultar incómodo jugar con el sol de cara, con algo de viento o con las paredes empañadas, pero es lo que hay. Al final si nos acostumbramos a jugar en interior solo trabajamos una parte del juego, con referencias similares (por ejemplo porque ya conocemos la altura del techo). Seremos mejores jugadores si entrenamos todas las variantes. Por tanto, si eres de los que se queja de la pista, deja las excusas y ponte a pensar cómo aprovechar las “desventajas” para transformarlas en experiencia y en “ventajas”. Ninguna excusa nos hará ganar un partido.

4. entrena en ambos lados

Hay una gran cantidad de jugadores que sólo juega en un sólo lado. “Es que yo me pierdo si juego en el revés” “Yo sólo juego en el revés”, etc. Hay que entrenar en ambos lados porque podemos jugar en ambos lados en según qué situaciones. Soy derecha y tengo que jugar en un torneo por equipos con un zurdo, ¿qué pasa, vas a mandar al zurdo al revés porque tú no quieres jugar en la derecha? Evidentemente no. Es más, si acudes regularmente a clases debes trabajar en ambos lados. ¿Por qué? Pues sencillamente porque hay situaciones de partido que nos obligan a cambiar nuestra posición. Si solo jugamos en un lado nos estamos perdiendo la oportunidad de crecer como jugadores y nos limitamos nosotros mismos. Deja de poner excusas y caritas y ponte a trabajar en tu progresión. Cuando Bela, jugador de revés nato, empezó a jugar con Tapia se cambió a la derecha. Mieres o Lebrón también cambiaron su posición para adaptarse a las necesidades del juego y explotar mejor las cualidades de la parejas. No hay que ver por lo individual, sino por lo colectivo.

5. no te quejes del estado de las bolas

Cuando llevamos un mes dando clase, las bolas empiezan a perder calidad. Esto es normal. Un carro de bolas con aproximadamente 60-100 bolas suele bajar su rendimiento debido al uso. Es absolutamente normal que el juego no se disfrute de la misma manera como si las bolas estuvieran nuevas. Pero, en lugar de quejarte por las bolas, sube tu rendimiento y mete una bola más. Una bola con menos presión es más fácil de controlar, es más fácil de leer y anticipar. Una vez más, aprovecha la desventaja para convertirla en algo favorable a tu juego. Deja de quejarte a tu entrenador por no cambiar bolas y empieza a subir tu porcentaje de acierto, pues si no eres capaz de recuperar un remate con una bola fofa, ¿cómo serás capaz de recuperar ese mismo remate con bola nueva? Quizás esa bola es para rematar, pero la bola está usada y tengamos que usar más víboras o bandejas. ¿Por qué no usarlas?

6. ten una mentalidad abierta

Empieza por tener una mentalidad abierta: no todos tenemos el mismo carácter y el pádel es un deporte de equipo con un gran componente social. Esto se traduce en que no siempre nos tocará jugar con alguien que nos caiga bien. Esto es bastante común (más de lo que pensamos) y volvemos a lo anterior. Antes de quejarte de los demás, ¿por qué no hacemos un autoanálisis para descubrir qué es lo que realmente está pasando? Puede que sea mejor tener una buena actitud y buenos comentarios antes de recalcar los fallos de nuestros rivales. Estas actitudes tóxicas hacen que no caigamos bien y no nos llamen para jugar. Es decir, si sólo decimos lo malo de nuestro compañero con comentarios del estilo “¡cómo fallas esa bola!” o pones caras por los golpes de tu compañero, la culpa es tuya también. El pádel es un deporte de equipo, un equipo de dos integrantes donde no hay cambios hasta el final de un partido. Nuestros comentarios deberían ser siempre de apoyo, en plural y en positivo. Dejemos de decir, “tienes que hacer esto” por “vamos a intentar hacer esto…” o “mete una bola más” por “intentemos meter una bola más…”, etc.). La idea es no tener superioridad moral sobre nuestro compañero sino que debemos ser un apoyo y sobre todo ser buen compañero.

7. las excusas se dejan fuera

Déjate de excusas: las excusas son las reinas de este deporte. Que si la bola, la pista, la arena, la pala, la luz, los focos, el compañero… y un largo etcétera son pan de cada día en las clases y en los partidos. Todas estas excusas hay que dejarlas de lado si queremos mejorar. Déjate de tonterías y ponte a trabajar, ponte a pensar en qué estás fallando para poner remedios. No des problemas y aporta soluciones. Desgraciadamente, en el pádel abundan los jugadores que ponen excusas y escasean los que ponen remedio a los problemas. Si no llegas a una bola baja en pared de fondo no te quejes de que tu rival es muy bueno, quéjate de ti mismo por no correr lo suficiente y no trabajar las empuñaduras falsas. Si te quejas de que te hacen la nevera, dile a tu compañero que juegue más en paralelo y por abajo. Si ves que te hacen mucho daño con las bandejas, adelántate un paso de la línea de fondo y bloquea con volea en lugar de dejarla pasar en pared. Y la típica, es que estoy lesionado, por eso he perdido. Amigo, si estás lesionado NO JUEGUES hasta estar recuperado.

8. respeto al trabajo de tu entrenador

Sabemos que a no todos le gusta el entrenamiento físico. Esto provoca que muchos no se tomen tan en serio esta parte de la clase o del entrenamiento de grupo. Algunos llegan tarde o, incluso, llegan después del entrenamiento físico. Si no te gusta hacer físico, no vayas al entrenamiento. Esto es una falta de respeto al trabajo de tu entrenador. Tu monitor prepara con mucho tiempo y dedicación un entrenamiento como para que tú llegues tarde a propósito. No vale “escaquearse”, primero porque tu imagen como deportista deja mucho que desear y, segundo, no trabajas los movimientos específicos de este deporte. ¿Cómo quieres mejorar si no te mueves o suficiente? ¿Cómo vas a subir tu nivel si no entrenar las cualidades indirectas del juego? Más sacrificio y menos quejas.

9. respeto a tus compañeros de entrenamiento

Puede que fuera de la pista no seáis amigos. Puede que no os caigáis demasiado bien, pero todos en un entrenamiento estamos buscando lo mismo: pasar un buen rato, hacer deporte y mejorar con el tiempo. Cuando pelotees intenta tirar la bola a la mano, no pases de pegar bolas lentas a pegar misiles o, en el peor de los casos, ir a ganar el punto desde el calentamiento (aunque parezca absurdo, hay muchos quienes hacen esto). En los ejercicios de colaboración, COLABORA. No pongas caritas por los fallos de los demás porque TODOS FALLAMOS (sí, incluso los que salen en la tele fallan). Habrá días que no estemos muy finos y habrá que aceptarlo. Por eso intenta generar buen ambiente y no te creas el centro de atención. Si no aceptas la crítica, el problema es tuyo.

10. En caso de bolazos...

Valora qué ha pasado: hay ocasiones que recibimos un pelotazo durante un punto. Antes de entrar en cólera, valora el porqué ha pasado. Pregúntate cosas como: ¿dejaste un globo corto, no subiste a la red y te quedaste mirando el tiempo pasar en medio de tu cuadro? La culpa es tuya. ¿Estabas con la pala abajo en la volea y te han dado en el pecho? La culpa es tuya. ¿tu rival se prepara a rematar y subes por medio de la pista y no por la valla? La culpa es tuya. Antes de culpar a tu rival, ve qué ha pasado. No siempre los demás se equivocan. Estamos mal acostumbrados a culpar a los demás ante que a nosotros mismos, ya sea por ego o por lo que sea. Es cierto que hay jugadores que tirar a dar al cuerpo, pero hay muchas otras ocasiones en las que la culpa es nuestra y buscamos en los demás culpables. En el pádel estamos mal acostumbrados a ver los fallos de los rivales, luego los fallos de los compañeros y ya, si eso, nuestros propios fallos. Esto debería ser completamente al revés. Es la AUTOCRÍTICA lo que nos hará mejorar y no ver el fallo ajeno.

en resumen...

Un buen jugador y un buen alumno es aquel que suma, es aquel que pone soluciones en lugar de quejarse. Las quejas son sinónimo de ocultar nuestras carencias, pero si acudimos a una escuela de pádel (como cualquier escuela) es PARA APRENDER, es para mejorar y no para creer que sabemos hacer todo. Así que, en lugar de quejarte de la pista, después de los rivales y luego de tu compañero, haz la queja en el orden inverso. Primero mírate y piensa, qué estoy haciendo mal para encontrar soluciones. Un buen jugador de pádel se valora por su nivel, por supuesto, pero también por la capacidad de transmitir y por su saber estar en pista. Si te llaman muchas veces para jugar es que estás haciendo las cosas bien.



" Mientras más practico, más suerte tengo." Gary Player (golfista)